Internet.org, el producto más polémico de Facebook que podría llegar a Perú

La semana pasada se reunieron Ollanta Humala y Mark Zuckerberg en el marco de la Cumbre de las Américas en Panamá. La nota de prensa difundida por la propia Presidencia de la República, el único reporte que existe del encuentro entre ambos, específicamente señala:

El diálogo estuvo centrado en la búsqueda de mejores accesos a la red y la gratuidad de Internet para las comunidades más necesitadas de nuestro país, mediante la iniciativa que impulsa Zuckerberg denominada “Internet.org”. Dicha aplicación planea que cerca de 3,000 millones de personas en zonas emergentes de todo el mundo tengan acceso a Internet. En ese marco, el presidente Humala invitó a Zuckerberg a visitar pronto el Perú para ver las posibilidades para que Facebook esté presente en nuestras localidades a través del mencionado proyecto.

Como se desprende de la nota, la llegada de Internet.org a Perú es por ahora simplemente una expectativa por parte de Facebook (al igual que lo es su entrada a Europa). Sin embargo, vale la pena discutir esta posibilidad y su significado de cara al eventual patrocinio estatal de la iniciativa. Especialmente, si consideramos que la iniciativa ha sido recibida con merecida polémica en todo el mundo.

¿Qué es Internet.org?

Internet.org es una alianza comercial liderada por Facebook que agrupa a fabricantes de hardware y software como Ericsson, Samsung, Nokia, Opera, Qualcomm y Mediatek con el objetivo de buscar soluciones prácticas para conectar al mundo. Uno de sus proyectos principales es una aplicación para smartphones que permite el acceso a un grupo limitado de contenidos y servicios de Facebook y otros considerados de interés general o social como Wikipedia, servicios meteorológicos, asistencia materna o bolsas de trabajo. En los países y operadoras donde está disponible, la navegación que los usuarios realizan a través de esta aplicación no se considera como consumo facturable dentro de su plan de datos e incluso es accesible sin que la línea tenga saldo. Según sus promotores, el servicio busca asegurar un acceso básico a Internet a usuarios de escaso poder adquisitivo con la finalidad de que ello no sea un impedimento para su inclusión digital. A cambio, Facebook y sus aliados comerciales logran educar o incluir a una nueva base de usuarios para sus servicios. Actualmente el servicio está disponible en Zambia, Tanzania, Kenya, Colombia, Ghana, India, Filipinas, Paraguay y está próximo a iniciar en Panamá.

Además de la aplicación, Internet.org tiene otros dos proyectos en marcha. El primero es un laboratorio de innovación para ayudar a los desarrolladores a entender cómo funciona sus aplicaciones en diversos lugares del mundo, incluyendo aquellas donde la conexión de red o la velocidad de transferencia no es la óptima. El otro proyecto en ejecución es un laboratorio de conectividad que está dedicado a investigar alternativas para el acceso a Internet en lugares donde no existe la infraestructura ideal. Es aquí desde donde se viene explorando el uso de aviones solares, satélites y láser para proveer conectividad. Evidentemente, ambas líneas de investigación también están fuertemente ligadas a los intereses comerciales de las empresas detrás de Internet.org al facilitar el acceso de nuevos públicos a Internet reduciendo los costos del tendido de infraestructura.

No se ha aclarado para cuál de los tres proyectos es que Facebook busca la ayuda del gobierno peruano. Sin embargo, teniendo en cuenta la forma en la que se ha expandido en el mundo, es posible que el primer proyecto que busque implementarse sea la aplicación para smartphones. Este producto concreto ha sido duramente criticada por especialistas y usuarios de Internet por dos razones: (i) porque al introducir preferencias de trato o facturación a ciertas páginas y aplicaciones atenta contra a los principios de Neutralidad de Red; y, (ii) porque en general Facebook es una empresa cuyo modelo de negocio está en constante fricción con la privacidad y la aplicación expondría a más usuarios a este escenario de amenaza.

Aunque se presenta como tal, Internet.org no es un Internet gratis para Perú. Ni siquiera podría denominársele una iniciativa de responsabilidad social. Internet.org es una estrategia de márketing que consiste en facilitar el acceso a una decena de servicios específicos a través de una aplicación especial que solo funciona para usuarios de una operadora en particular con la finalidad de tentarlos de contratar el servicio completo. De la misma manera en que las muestras médicas de medicamentos no son una iniciativa de salud universal ni los shampoos que vienen en las revistas de belleza son un programa social de cuidado capilar, la aplicación de Internet.org es una iniciativa comercial privada y debe de tratársele como tal. Bajo esta perspectiva, varias cosas empiezan a quedar claras.

¿Cuál debería de ser la respuesta del Estado?

El Estado no tienen ningún derecho ni deber en patrocinar una aplicación específica para celulares. Actualmente, no lo hace en esos términos con ninguna aplicación peruana o extranjera y hacerlo significaría desobedecer su mandato de intervención subsidiaria en la economía.[1] Al tratarla como una iniciativa comercial privada, corresponde que se la examine bajo los estándares exigibles a cualquier otra actividad comercial en el ámbito de las telecomunicaciones con las garantías establecidas para la libre competencia y la protección al usuario. No corresponde que el Estado la subsidie, le otorgue beneficios especiales o la publicite usando recursos estatales. Por ende, Internet.org es legal y posible solo hasta el límite de su cumplimiento del marco regulatorio nacional aplicable.

La normativa peruana sobre Neutralidad de Red vigente desde el año 2012 prohibe las actividades de gestión de red que impliquen discriminar entre contenidos, aplicaciones o servicios particulares siempre que dicho compartimiento pueda ser considerado arbitrario. Lamentablemente, pese a que este principio ha quedado consagrado hasta en tres normas legales vigentes en nuestro país, no queda del todo claro qué tipo de conductas pasan el examen de lo arbitrario. El Reglamento de la Ley de Banda Ancha indica que será OSIPTEL el que considere en un análisis de caso por caso qué tipo de conductas se reconocen como no arbitrarias y por ende resultan prácticas de gestión de red permitidas. Si un operador pretende ofrecer el servicio de Internet.org en nuestro país está obligado a buscar primero la aprobación del regulador, quien deberá motivar su decisión.[2]

Desde la perspectiva de las normas de libre competencia, cuya aplicación también corresponde a OSIPTEL, un servicio como Internet.org puede ser legal o ilegal hasta el punto en el que su alcance y cuota de mercado tengan un efecto anticompetitivo. No todo esquema de integración vertical es necesariamente ilegal sino que su impacto debe medirse en tanto el actor tiene suficiente posición de dominio y la conducta tiene la capacidad específica para afectar la competencia en el mercado relevante impidiendo la entrada de nuevos competidores. Si Internet.org termina siendo un producto usado por una pequeña porción de la población suscrita a un operador sin poder de mercado no existe una razón de competencia para prohibirla. Bajo este escenario, todavía existe una buena porción de mercado al que pueden dirigirse potenciales nuevas aplicaciones y servicios. Si, por el contrario, Internet.org alcanza tal nivel de expansión y dominancia en el mercado nacional al punto de que ninguna otra aplicación puede competir merecerá ser detenido y sancionado. Como se aprecia, en este plano la ley no ha extendido una prohibición absoluta sino que la ha condicionado la legalidad de estos modelos a la existencia indicadores específicos.

Según las normas de protección al usuario de telecomunicaciones, cualquier práctica de gestión de red como Internet.org deberá de ser previamente informada al momento de la contratación. Esto no solo implica avisarle al usuario que está contratando un servicio postpago o prepago con la posibilidad de conectarse a las aplicaciones de Internet.org sin cargo, sino también cualquier otra limitación o preferencia que se aplique a esas aplicaciones o a las demás. De lo contrario, cualquier usuario puede denunciarlos ante OSIPTEL y la empresa puede ser objeto de sanción.

Finalmente, la preocupación por la privacidad de los usuarios resulta completamente válida. Por otro lado, el Estado no puede impedir que los usuarios se comporten de manera despreocupada respecto de sus datos personales o sus fotografías. Sin embargo, precisamente por lo delicado de la actividad que lleva a cabo Facebook, es que deberíamos de evitar un entendimiento formal o informal entre Facebook y los estados que pueda dar origen a la compartición de información privada sin orden judicial. Para todos los demás casos, la posibilidad de que el Estado investigue y sancione casos en los que no se respeta los datos personales de los usuarios debería de mantenerse intacta y entenderse como aplicable también a los servicios de Internet.org.

Las posibilidades de la llegada de Internet.org

Con independencia de la venia estatal, la llegada de Internet.org a Perú tiene algunos escollos comerciales que resolver previamente. Para ingresar a Perú con este servicio, Facebook tendría que convencer a alguno de nuestros cuatro operadores móviles: Movistar, Claro, Entel o Bitel. Hasta ahora, Facebook en nuestra región solo trabaja con la holandesa TIGO y recientemente con Digicel, que no operan en Perú. En este escenario, Facebook tendría que entrar en negociaciones por primera vez con alguno de nuestros cuatro operadores como parte de este programa. Esto es algo no ha hecho o no ha logrado concretar en otros países donde también operan dichos operadores y donde el programa se lanzó en exclusiva con alguno de sus competidores. En Colombia, donde también operan Movistar y Claro, se aliaron con Tigo; al igual que en Paraguay, donde también opera Claro; y, recientemente, en Panamá, donde también operan Movistar y Claro, lo lanzaron con Digicel. Las alternativas más tangibles para Facebook son Entel o Bitel, que tienen una menor cuota de mercado y con las que nunca han hecho negocios. Sin embargo, nuevamente al tratarse de empresas regionales es probable que la negociación y la decisión sea en bloque.

Para las operadoras, ofrecer Internet.org puede significar una bendición y una maldición. Por un lado, es un excelente atractivo para un sector de la población sensible al precio de los planes de datos postpago y una oportunidad de ampliar su base de usuarios. A cambio, también significa la capitulación en el intento de ofrecer algunos servicios sobre su red como mensajes de texto, sistemas de mensajería o redes sociales propietarias, entre otros. Además está el problema de imagen que este tipo de alianzas ha generado en lugares como India, donde el principal operador Bharti Airtel ha sido duramente criticado y varios de los socios comerciales del lanzamiento como servicios de comercio electrónico se han desligado del proyecto.

Un producto extraño

Tengo la impresión de que muchos de sus principales detractores nunca han usado Internet.org. La aplicación móvil como producto es algo desconcertante. Cualquier usuario acostumbrado a usar una conexión móvil a Internet rápidamente entendería sus limitaciones. Por ejemplo, si bien permite acceder a Facebook en forma gratuita, no permite ver ninguna de las imágenes que acompañan las publicaciones de nuestros contactos. Además, tampoco incluye el acceso a otros servicios más atractivos de la familia de aplicaciones de Facebook como Instagram o WhatsApp.[3] Por el contrario, la aplicación está constantemente recordándonos que podemos contratar el servicio completo para poder ver las imágenes o para poder navegar hacia una página externa no incluida. Más que un producto de reemplazo diseñado para hacerle creer a las personas de que eso es todo Internet, parece pensado como una versión de prueba o copia de evaluación de un par de servicios en línea. La experiencia del usuario resulta mucho más parecida a la conexión inalámbrica que brindan algunos aeropuertos que se limita solo a información de vuelos y clima. Sus casos de uso puntuales son la consulta de información básica en Wikipedia o en alguna página de interés general y la posibilidad de intercambiar mensajes a través de Facebook. Por lo demás, la ilusión de jardín amurallado es difícil de sostener frente a un usuario que constantemente recibe avisos para “actualizar” su conexión a una de pago y frente a la experiencia de ese mismo usuario al conectar su teléfono a una red WiFi sin restricciones.

Otras dos limitantes de la aplicación de Internet.org es que continúa condicionada al área de cobertura determinada del operador (escasa en zonas rurales) y a que el potencial usuario cuente previamente con un smartphone. Si bien cualquier equipo de gama media o alta podría descargarlo, la mayoría de las personas que tiene un terminal de ese tipo también tiene un plan de datos y no son el público objetivo del servicio. Además, como siempre es el caso en este tipo de restricciones, también está la fuerza ofensiva de programadores y usuarios especializados que pueden desarrollar aplicaciones para burlar las restricciones de Internet.org y acceder al resto de servicios sin pagar. Aunque estas medidas puedan ser evitadas a través de nuevas versiones, este escenario desencadenaría una carrera de brazos entre Facebook y otros desarrolladores que sería una pérdida de tiempo y esfuerzo para la empresa.

Internet.org debe de ser tratado como lo que es: una promoción comercial o un esquema tarifario propuesto por un operador móvil. Bajo esta premisa, su potencial entrada al país será una excelente oportunidad para que OSIPTEL nos explique a todos qué considera arbitrario o no arbitrario en el contexto de las obligaciones de Neutralidad de Red del 2012. Frente a esta pregunta, debemos de ser cuidadosos de no terminar prohibiendo servicios que, incluso dejados libremente, ya presentan numerosas complicaciones para convertirse en masivos o poner en auténticos problemas la competencia a nivel de aplicaciones y servicios para smartphones. El Estado no está llamado a actuar como un censor de cómo se puede o no innovar a nivel de esquemas de servicios si es que no se afecta a terceros. Bien entendida, la Neutralidad de Red no debe de ser un fin en sí mismo sino una herramienta para lograr mayor competencia, innovación y transparencia en el mercado. Si la aplicación de Internet.org llega a convertirse en algo más que un deseo, son estos los parámetros técnicos bajo los cuales tendría que medirse.  ■

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  1. Sería necesario un análisis distinto si lo que pretende Facebook es la colaboración del Estado Peruano para sus proyectos de infraestructura o de conectividad. En los casos en lo que Facebook necesite de permisos especiales para operar sus aeronaves y dichos procedimientos no estén contemplados en el esquema de permisos habitantes del Ministerio de Transportes sí sería necesario un entendimiento previo y limitado a ese proyecto.  ↩
  2. Si es que, al buscar un acercamiento directo con el Ejecutivo, Facebook intenta influenciar en la decisión del regulador eso podría ser considerado un tráfico de influencias ilegal.  ↩
  3. Aunque WhatsApp sí forma parte de la oferta de Internet.org en países como India, no es parte de la oferta en Colombia o Paraguay.  ↩

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